sábado, 18 de octubre de 2014

Días fríos

Blanco cielo, nido de luz,
bóveda nívea y uniforme.
Exhalas penumbra brillante y sin sombra,
rota por verdes agujas de pino
y almenaras de hormigón y ladrillo.

Inspiras voces de viento
y cortinas de vaho,
que cortan el hálito,
con esquirlas de hielo,
bocanadas de dagas invisibles,
evocadoras de aciagas noches.

Sólo silencio, rígido,
que sofoca el ruido, mudez vociferante y ahogada.
Y miedo, denso y pétreo,
a que nunca más haya calor,
a que la voz cristalice en la garganta,
y a que la cúpula perlada precipite sin piedad,
mientras asfixia al sol,
que languidece, invisible.

No hay comentarios:

Publicar un comentario