lunes, 10 de noviembre de 2014

Noviembre

Cuéntame cómo es tu noviembre.

Háblame de qué banda sonora le pones a los día de triste otoño, de cuánto mide el cielo desde tu ventana, dime si ha crecido en este último año.

Responde con sinceridad si alguna vez has caminado bajo una tormenta inmisericorde , pero tenías el corazón tan duro que el frío era lo que menos te importaba, y ni siquiera te diste cuenta de que hasta él te evitaba, resbalando por tu cuerpo como una estatua encerada.

¿A ti también te pasa, que miras hacia arriba y no entiendes cómo el sol puede hacer esas luces, y tratas de olvidar que mirarlo te quema los ojos pero no te da calor? ¿Crees que a ti tampoco te recuerda?

Cuéntame cómo es tu noviembre, si también quieres aprender a hacerte una armadura con las hojas muertas que ya se han despedido de las alturas, para esconderte hasta que la primavera regrese y te despierte con sus caricias tibias de sol y flores.

Dime si a ti también te desbordan tus propias metáforas, que cada vez que tomas aliento y te dispones a grabarlas en papel te suenan más repetitivas, y ya no soportas mirar hacia el cielo cuando llueve para que nadie note que estás llorando.

Cuéntame cómo es tu noviembre, si echarás de menos atravesar el gran paseo arbolado porque ya no está tan verde, si aún no sabes cómo cantarle a la noche solitaria. Te diré un secreto: la música que más le gusta es la de las caricias y los besos de los amantes que se refugian de ella abrazados bajo una manta.

Dime sinceramente cuánto le pagarías al artista que ha pintado esas nubes de color cemento que no recuerdas con claridad qué cielo cubrían, y por las que todavía te estás rompiendo la cabeza.

Cuéntame cómo es tu noviembre, y cuánto harías que durara el mío.

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