Una noche que no va bien,
cargada de culpa,
de desagrado,
de cuerdas rotas.
Diría -no lo tengo claro-
que todo es cosa
de que ser yo
no es sino el más normal
de todos mis problemas,
pero es que además
es el primero.
Pues otra vez a caer un poquito,
y ¿sabes qué?-
tú no vas a caer detrás.
Por la sencilla razón de que no estás.
Puedo encabritarme, invocar
señales errantes entre mis cuerdas rugientes
maldecir,
romper más cosas
-pronto esta casa será una ruina dos veces-
pero eso no quitará para que pierda
pensando en qué tendrá esa sonrisa
tan rara
ese cuerpo blando
esos dedos entre mi pelo
El caso es que quizá,
-y no debería, pero dudo-
podría darse la circunstancia a favor.
pero dudo
porque cuento a día de hoy demasiado bien
las cervezas
las sonrisas
las caricias
los chistes
los momentos de chica adorable
los errores
las suertes absurdas
las miradas
las palabras a voces al oído en un concierto
las manos
en tu cintura
y en la mía
Las dos holgazanas, cielo.
Las dos muy cómodas.
No me engañes. Piénsalo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario