Anomalomancia #1
Cuánto hace
y suenas a metal limpio,
a desgracia
y a impactos.
Y no sueñas
por respeto indefectible
al muro de rarezas
separación
y no marcharse.
Anomalomancia #2
si a partir del hundirse
en lo profundo
es tu carne mi crujido entre los dientes,
y el abismo,
sólo dos:
mordisco y metal
el apresar se hunde,
el desvestir se arroja
y el hálito maldice aquel recuerdo
y el abismo
sólo tres:
el morir, el vivir, y el esperar
cómo si no concebir
vicio y desgarro
como artes encontradas al alba
y el desvelo
sólo diez:
siete días desangrado y tres de adiós
al humo mi perfidia,
a la noche el muro
en el que escondes lo que odias al callar
y el ruido blanco,
sólo mil,
pero ninguno yo.
Anomalomancia #3
Amarillo de escarnio y traición,
tiñendo el asfalto
el día en que mueren los infames.
Como una vegetación bizarra,
se desgarran sus raíces del papel de la Historia,
y, parásitos, desmenuzan
hoy y mañana
las palabras tergiversadas
de los últimos luchadores en pie.
Desvertebrados nunca;
mientras ellos hacen inventario
de inocentes silenciados,
yo lo hago de cabezas desgraciadas.
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