-Pizza con piña, ¿por qué pizza
con piña?
-¿Pero qué problema tienes con la
piña, vamos a ver?
-Porque la pizza está bien ella
sola, no hace falta ponerle… cosas, así a lo loco.
-Pues nada, tú me dejas a mí la
piña que me la como yo.
-Venga, va…
-“Piña”. ¿No es como rarísimo?
“Piña”. Está ahí, llena de pinchos y… con esas hojas ahí arriba. ¿Qué les pasa
a las piñas?
-Seguro que son posmodernas, TODO
es posmoderno, Mateo, TODO.
-Putas piñas posmodernas. Seguro
que Nietzsche dijo algo de las piñas y todo el mundo lo interpretó como les
salió del papo. Ay, ¿cómo se llamaba… el tipo de… La insoportable levedad del ser?
-Milan Kundera, ¡ese tipo sí que
es un posmoderno! Pero MUCHO.
-No sé a santo de qué lo he
preguntado, la verdad… pero bueno.
-Me gustan estos silencios. Es
como si… dejasen atrás un tema para dar paso a otro. Da como distancia.
-Distaaaancia… eso está bien.
Hace falta.
-Además puedo pensar en… cosas,
no sé. Por ejemplo, me encanta lo naranja
que es todo aquí, sobre todo por la comida y la madera y tal. Me relaja.
-Es como todo muy cálido y muy
lindo…
-Y me distrae de pensar en piñas.
-¡Pero qué-te pasa-con las piñas!
-¡Pero no me ataques, pava! No
sé, que… la pizza con piña es como el arroz con cosas.
-No digamos cosas de las que
luego nos arrepintamos, ¿eh? Ahí te has pasado.
-Vale, sí, me he pasao un poco.
Pero… ¿por qué piña? ¿En serio?
-Pues porque
No hay comentarios:
Publicar un comentario